lunes, 21 de enero de 2013

Lodos


Aunque la cambiaron de rumbo, 
la tortuga siguió su camino


Manín de Lluces


Todo ocurrió en un instante. Aunque las palabras tardan en escribirse. Cada una de las frases recorrieron su mente, como flashback.

El palo se mantuvo por encima de su cabeza. Abajo dormitando el caballero. A su mente le llegaron los siguientes versos;

Bueno es aquel
En que
La mirada
Le atrapa en sí misma,
Atacando la mente.
Doy a todo su fulgor
Oh, tú que sonreíste
Nadie en sí se 
Acaba.

Dudó por un instante...Siglos después cuando “El pocero” estaba realizando su primera urbanización en mitad de la nada. Encontraron los cadáveres ya enterrados por capas de lodos acumulados por el paso del tiempo.

El forense llamado en primer término, realizó informe que reproduzco a continuación como nota aclaratoria. Y de esta forma dejar a la mente de los lectores la interpretación que crean oportuna.



JUZGADO DE INSTRUCCIÓN NÚMERO SIETE ALQUITA

En Alquita, a 12 de diciembre del 2012

Ante S.Sa asitido de mi el Secretario, comparecen:

D. Herminio Pérez Plos, licenciado en Medicina, Médico Forense Interino de los Juzgados de Instrucción núm, 3, 6 y 8 de Alquita.

Y manifiesta que a las 8 horas del día 13 de febrero del 2012 en cumplimiento de orden judicial, practicó la autopsia al CADÁVER NÚMERO DOS, según enumeraron en el momento del levantamiento. 



EXAMEN EXTERNO

1. Aspecto general del cadáver.

El cuerpo totalmente impregnado de fango en buen estado de conservación debido a las condiciones inusuales del área circundante donde se encontró. Según toma del lugar, el agua tiene alta concentración ácida, temperatura muy baja y ausencia de oxígeno. Esto hace que la piel tenga un color oscuro característico. Hay ausencia total de huesos debido al ácido de la turba que disuelve el fosfato de calcio del hueso.

El cadáver aparece sobre la mesa en posición de decúbito prono. Llama la atención aberturas en distintas partes del cuerpo, no pudiéndose determinar las causas...




Los árboles susurraban mientras las hojas se movían como pequeños cascabeles colgantes. A lo lejos las campanadas del pueblo inundaban con su sonido el bosque. Las nubes algodonosas adornaban el cielo al pasar mediante los vientos superiores, que las empujaban hacia el oeste.

Nada hacía presagiar nada, todo como si estuviese tranquilo. Pero una inquietante quietud era lo que inundaba toda la comarca. El silencio antes de estallar la tormenta. Ningún sonido. Los pájaros se callaron y el sonido del viento paró de repente. Los campesinos miraron al cielo.

Belladona se despertó de su sueño...



Pueden dejar su comentario al llegar a este sector gracias. Todas las opiniones son bienvenidas, me sirven para seguir haciendo más historias. 

En el pensamiento de los pensamientos de todos los pensamientos. (Матрёшка 
/mʌˈtrʲoʂkə/
matrioska)

sábado, 12 de enero de 2013

Tropelía en el puente

reflejos nubes en el agua
Manín de Lluces

El Caballero Oscuro marchó al galope sin preocupación, iba en dirección al Castillo, o eso creía él. No tenía ningún tipo de remordimiento. Se sentía feliz  y contento. Por un momento había disfrutado. Pero apenas se acordaba, sus pensamientos estaban en otra parte. Nunca mantenía el pensamiento en el mismo pensamiento.

Con el galopar del caballo se acercó con dicha al paso del puente. Al otro lado estaba un caballero montado en su corcel.

-¡Alto ahí! ¡Quién vive! - dijo el caballero que estaba en el puente.

-Soy el Caballero Oscuro, notable en todo este lugar. Nadie debe osar a desafiarme. De todo el mundo es conocida mi fama.

-Yo no te conozco. Y además soy el dueño de este paso. Si quieres pasar, deberás pagar un tributo.

El Caballero Oscuro viendo que aquel no deseaba, ni se amedrentaba por su discurso. Decidió cambiar de dirección.

-¡Tienes suerte! Mucha suerte. Ahora mismo me acuerdo que me esperan en Belmonte. Y ese no es el camino.

Viendo el caballero, que el Oscuro no quería justiciar. Decidió  pasar al otro lado para enfrentarse. En esto el caballero Oscuro viendo la actitud desafiante, dio media vuelta  y como alma que lleva el diablo, marchó a todo galope.

-¡Maldita sea! Porque me tengo que ir, ya que me esperan para salvar al Mago.

-¡No huyas Caballero Oscuro!

-No huyo. Marcho por prisa. No te preocupes, nuestros caminos volverán a cruzarse. Y ese día tendré más tiempo.

-Huye cagón- le dijo mientras se quedaba ya quieto. -Toda la comarca sabrá de tu cobardía.

Ni miró atrás marchando a todo galope. Después de un buen tramo se paró. Y al ver que no le seguían, decidió dar la vuelta. Se bajó de su caballo y amarró a cada uno de los cascos unos trapos que llevaba preparados para la ocasión. Ya subido de nuevo, fue despacio por el camino cercano al principal entre los árboles.

Llegó de nuevo al puente, y vio como el otro caballero estaba sentado debajo de un árbol comiendo y bebiendo.

Sabia porqué a él también le pasaba, aquel no tardaría en echar una cabezadita. Así que esperó tranquilamente sentado, observando como comenzaba a bostezar y se recostaba.

El Caballero Oscuro, no tenía prisa. Nadie lo esperaba, y si así fuese le daba lo mismo. Absolutamente lo mismo. Ya viendo que al otro le salían por la boca unos ruidos bastantes importantes, y un pequeño regatillo de saliva desbordaba su labio inferior. Cogió un gran trozo de vara, de formidable consistencia y con sigilo se acercó. Cuando estuvo cerca, levanto en toda su extensión sus brazos y …

(¿Continuará? No tengo ni idea.)
Dejen comentario si quieren que continúe.

sábado, 5 de enero de 2013

¡ Ay Dios!

muelle de gijón
Manín de LLuces

Una noche que duermo de un tirón, sin apenas movimiento, sin recordatorio de pensamiento. Hoy es un día como otro cualquiera, todo depende del ánimo. Pero bueno quiero mejor ir describiéndolo así como las ideas que me pasan por la cabeza.

La temperatura en la calle es de 3 ºC, está lloviendo casi todo el tiempo, el cielo tiene una tonalidad gris oscura, podría decir un gris plomizo. A pesar de todo siguen trabajando en una fachada de los los edificios de enfrente. Golpeteo mecánico, ruido de taladro en el edificio exterior y en el interior, sonido de grifos, pasos, correr de mesas y sillas. Esto no es bueno para la concentración y menos para poder meditar. Tengo una frase que debo trasladar a mi mente para poder entenderla, “una cosa que exista de manera que no tiene necesidad sino de sí para existir”. Primero la apunto en un papel, la meto en mi bolsillo de la chaqueta, cojo mi máquina de escribir y me voy a la calle.

Tengo suerte, en el momento que pongo el pie en la acera, ya no llueve pero noto frío. El suelo está mojado, entre la carretera y las aceras hay charcos. Me pasa por la cabeza una idea. ¿Puedo acaso predecir el futuro haciendo una lectura de los charcos? Me resulta interesante, o por lo menos novedoso, podría crear escuela y tener adeptos, yo les enseñaría parte de los secretos para la lectura de charcos. ¿Y cuando no llueve?¿Acaso no podríamos adivinar el futuro? Claro que si, lo único es trasladarse a una charca, buscar otro punto de vista. “El pasado se evapora, como él líquido de las Charcas”. Bonita frase debo apuntarla. Saco mi libretita y con un lápiz, escribo.

Sigo caminando, tengo meditada la dirección, no paseo sin rumbo, sé el camino a seguir. Pero por un momento me detengo. Quiero hacer una lectura de mi futuro inmediato. Veo un gran charco apelotonado contra la acera, me acerco, y empiezo a mirar. Sombras, pero fijandome un poco más ya comienza a salir reflejada mi imagen. ¿Soy yo?¿Soy el reflejo de mi mismo?¿Quizás sea parte intrínseca del charco? Por un momento  levanto la mirada. Se está acercando peligrosamente un vehículo a una velocidad un poco elevada para el tipo de vía. Va salpicando a toda la gente.¡Flash!, se disparan las neuronas, imagen del coche a mi altura y mojandome. Tengo los suficientes reflejos para esquivar. No así el perro, y la señora que van caminando. El agua salió catapultada y se desplazó convirtiéndose en un tsunami de amplias proporciones, para después en una parada casi seca, caer por acción de la gravedad, encima del perro y la señora.

- ¡Me cago en tu put...dre! Hijo de...

Encadenamiento de acción reacción. En un instante física pura, veo como se puede convertir un tsunami. Para después seguir con la química, una serie de reacciones neuronales, llevan conexiones eléctricas para que unos músculos y aire articulen unas palabras. ¿Qué complejo puede llegar a ser todo? “Si tuviésemos que desmenuzar cada cosa del pensamiento perderíamos el todo del conjunto”.

Uff, por un pelo, menos mal que tuve reflejos,... al lado pasa un señor con bigote debajo de nariz, posiblemente no tiene otro lugar para crecer.

-¡No te jode!

Iba convirtiendo sus pensamientos en palabras. Me hubiera gustado saber más sobre sus pensamientos, pero para eso debería seguirlo, y yo tenía ahora otro objetivo. Seguir adelante, siento una gran ola de agua, me empapaba todo mi cuerpo.
-¡¡Joder!!

No daba crédito estaba feliz, había conseguido la lectura futura en la imagen reflejada de un charco. Se encadenaron en mi mente todas las ideas; charco, ola, mojado, ¡no te jode! Un gran hallazgo, podía predecir el futuro.

Mojado de pies a cabeza y con mis zapatos, haciendo succión mientras caminaba, y una sonrisa en la cara, una amplia sonrisa. La gente me mira de forma extraña, y la verdad no sé por qué. No tenía tiempo a preguntarme.

Había llegado a mi destino. Un lugar para meditar y escribir. No diré dónde, me niego a ello. Solo lo describiré, y aquellos que lo adivinen mejor para ellos, los demás que se j...n.

Es una entrada muy amplia, a los lados me observan dos figuras de piedra inclinadas hacia mí, empujo la puerta de madera pesada, chirría y entro. Oscuro, silencioso, con varias hileras de bancos. A la izquierda una especie de vasija con un poco de agua. Más adelante un habitáculo de madera oscura. Ese es mi lugar de escritura. Entro me siento, saco mi máquina, cierro la puerta, coloco mi linterna de cabeza y la enciendo. Empiezo a escribir, el sonido del tacleteo, resuena como eco, recorriendo toda la nave. Me estremezco, y escucho. Nada. Continuo.

-¡Padre!- oigo una voz, me detengo quedo sin aliento. Mi corazón palpita más deprisa. -¡Padre!



…................


Un hombre camina mojado, sube las escaleras del  Templo. Dentro de la nave en penumbra todo es silencio. Se dirige al confesionario, en su mano izquierda porta una maleta de color granate. Tras de si se cierra la puerta, entre las rendijas asoma un pequeño hilo de luz. El silencio monacal es roto por un repiqueo de letras que inunda toda la estancia. ¡Silencio!, de nuevo se oye otra vez el golpear.

Una mujer de pelo azabache cabizbaja atraviesa el pórtico, va en dirección al habitáculo, se arrodilla. No siente el sonido, sus pensamientos están absortos en otro lugar.

-¡Padre!- no haya respuesta, vuelve a repetir -¡Padre!

Un pequeño murmullo como riachuelo que se percibe en la distancia apenas imperceptible se deja escuchar. A la voz femenina sigue una voz masculina. Sólo se distingue el tono.

Un sollozo brota de la garganta de la mujer, lleva sus manos a la cara y  con  presteza abandona la iglesia.

Detrás le sigue el hombre, no lleva nada en sus manos, cuando está a punto de alcanzarla, la pierde en la maraña humana. Mira en todas direcciones, se alza de puntillas, pero ya no la ve.