lunes, 5 de mayo de 2014

El principio del Caballero Oscuro (4ª Parte)

- Eso me pareció - Asintió Luis.

Yo seguía mirándolos  mientras ellos disertaban. Hasta que por fín, ya sin poder aguantar ni un minuto más les pregunté:

- ¿Qué coj...son rutilos? ¿Que significa, es valioso? ¿Tiene poderes? - Tenía mil quinientas preguntas que hacer y poca paciencia para esperar que me las contestaran una a una, pero ya sea por el azar o por la poca tecnología que teníamos y tenemos desarrollados los humanos para la comunicación verbal, tuve que esperar un tiempo lo suficientemente largo para que se dignaran a contestarme.

Me miraron como si acabara de aterrizar desde una nave espacial  , y por un momento dirigieron sus caras, mostrando un signo de perplejidad a la par que incomodidad por haberles interrumpido en sus conversaciones solo preparadas para mentes de un nivel intelectual superior al mío. Y para colmo de desgracia quisieron dejarme en evidencia para que no los molestase, mientras ellos estuviesen en aquellos asuntos. Luis fue el primero en dirigirse a mí persona.

- ¿Poderes? - con una pequeña sonrisa socarrona. - Las piedras que yo sepa no tienen poderes, ¿verdad Pablo?

- Igual si, Luis, igual tienen el poder de cambiar de mano, o el poder de moverse por las acciones climatológica. ¿Tú que opinas Enrique?

Enrique era la tercera persona en discordia que hasta aquel instante no había dicho esta boca es mía. Me dio la sensación que su grado de comunicación rayaba la alta timidez, aproximadamente sobre un tres, por ponerle algún tipo de grado a la timidez. Y esto valorandolo en una escala del uno al  cuatro.

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